Sorbete de limón y mandarina
El invierno es la temporada de las mandarinas y los demás cítricos, y precisamente de cítricos va este sorbete. Hay algo reconfortante en el sabor de los cítricos. Disfrutar de unas mandarinas dulces y jugosas en pleno invierno es una pasada.
Si te gusta el sabor de las mandarinas tanto como yo, puedes disponer de ellas en la época de otoño invierno sobre todo. Lo mejor es hacer el zumo directamente exprimido en el momento, nada de zumo comprado. Y en un periquete te haces un sorbete muy refrescante y placentero.
Normalmente, los sorbetes caseros tienden a ser de la consistencia de los helados, porque no tienen los estabilizantes ni los aditivos que tienen los productos comerciales. Por eso, es mejor comerlos en el día que se elaboran, a menos que se añada alcohol o jarabe de maíz, que los puede mantener en buenas condiciones durante un día o dos más.
En este caso, yo utilizo vodka, que no aporta nada de sabor al sorbete. Si el sorbete también va a ser consumido por menores, es mejor que añadas el jarabe de maíz. Sino, utiliza el vodka para darle ese punto chispeante de los sorbetes.
Ingredientes que vas a necesitar
- 750 ml de jugo de mandarina recién exprimido
- 3 cucharadas de jugo de limón recién exprimido
- 150 gr de azúcar
- 1 cucharada de jarabe de maíz o de vodka (opcional)
Método de elaboración
Exprime las mandarinas y cuela su jugo con un colador para atrapar toda la pulpa y las pepitas y que no pase al sorbete. Exprime toda la pulpa para obtener todo el jugo posible, y después tira la pulpa.
Haz lo mismo con el jugo del limón y mezcla los dos líquidos en un bol, junto con el azúcar y el jarabe de maíz (opcional).
Remuévelo con una espátula hasta que el azúcar se disuelva por completo. Si te resulta más fácil, puedes calentar ligeramente la mezcla para que se disuelva más rápidamente. Después tendrás que esperar a que enfríe antes de ponerlo en la heladera.
Vierte esta mezcla en una heladera previamente enfriada, y configúralo según las instrucciones del fabricante. Después de que acabe, puedes servir el sorbete en el acto o introducirlo en el congelador para que se solidifique durante unas horas.
Lo mejor es comer el sorbete en el mismo día, si es posible. Pero también puede aguantar perfectamente unos días en el congelador.
El sorbete resulta perfecto con una comida saludable, como la ensalada de arroz integral.